POR EDGAR ÁLVAREZ
La no existencia de organismos y leyes que realmente regulen y garanticen el ejercicio del periodismo y los derechos de los ciudadanos a la libre expresión del pensamiento y el acceso a la información pública, ha dificultando el desarrollo de la comunicación en la República Dominicana.
Algunas de la leyes existentes están cojas como la 6132 que limitan la libertad de expresión y contradicen dispocisiones internacionales sobre derechos de libertad de expresión e información.
Los medios tradicionales como la televisión, la radio y los periódicos impresos, han tenido que dar un cambio gigantesco con la llegada al país del internet en 1995, ya que se han visto obligados a involucrarse a los nuevos medios digitales.
Con la llegada del internet al país se inició una revolución en los medios de comunicación, tomando en cuenta que cada año aumenta el número de usuarios de las redes sociales y son creados nuevos medios digitales en diferentes plataformas. Facebook, Youtube e Instagram son los medios sociales que prefieren los dominicanos, aunque también usan Twitter, Google, Snapchat, Linkedin y otros.
Pese a la importancia de los medios de comunicación para la democracia y los derechos de la ciudadanía, estos están en manos de los ricos y dirigentes políticos que le dan un uso privado y comercial, poniéndolo en defensa de sus interés y no en favor de la colectividad. La falta de un sistema regulador adecuado ha impedido el pleno ejercicio de los ciudadanos a la libre expresión y el acceso a la información pública, lo que limita la libertad de expresión y contradicen los estándares internacionales en materia de comunicación.
Se recomienda revisar la legislación del país en materia de medios para adecuarla a lo que exige la democracia; además poner control al dominio de los poderosos económicos y políticos de los principales canales, emisoras y periódicos de la República Dominicana, con la creación de una ley que regule esas empresas.
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